Pensé mucho en escribirte algo, tuve preparado un mail como los de siempre para desearte un feliz cumpleaños, pero justo antes de enviarlo me puse a pensar muchas cosas.
¿Quién eres? ¿quién soy? ¿quienes fuimos?.. todo se arruina cuando no sabes la respuesta a esas tres preguntas.
Dicen por ahí que la mayor falta de ortografía para la vida es no saber ponerle el punto final a algo, a alguien, o cuando uno pone el punto final y el otro solo punto y a parte.
Es un problema humano digo yo, no todos logran desprenderse de alguien por completo, ya que cada persona que pasa por nuestra vida deja un poco de ella con nosotros y se lleva una parte del mismo tamaño; aunque pudiera alguien decir que sabe alejarse, no lo hace por completo y lo hará de alguna persona mientras que otras se quedarán y no se irán.
Puedes seguir con tu vida, puedes hacer grandes planes, pero a veces volteas atrás y los recuerdos llegan inexplicablemente, una canción, una palabra, un olor, una mirada, vaya, hasta la forma de tu cabeza, tus ojos o tus orejas.
El problema no es recordar a una persona estando con otra, el problema es extrañar a la persona que creías que era, o la persona que tu creías ser estando contigo mismo.
Traté desesperadamente de agradarte, de salvarte, de brindarte amor, comprensión, positivismo y mucho shalalalá y al final, ¿qué me quedo? Ni siquiera tu amistad, ni siquiera ser el hombro en el que llores o el que uses para refugiarte cuando todo lo demás falle.
Yo fallé, en dejarme, en abandonar lo que siempre había sido con tal de agradarte, ahora que lo retomé me doy cuenta, pero no lo veo como algo malo, eso me ayuda a crecer y creer que no todo es malo, que no todo te debe doler, que no eres tan malo, el punto es que tu lo sientas y lo creas también.
Te extraño, pero al mismo tiempo sé que el tiempo que estuvimos fue el necesario para ambos aprender algo, tal vez no te guste lo que aprendiste, a mi tampoco, sé cuanto puedo dañar a pesar de mi disfraz de niña buena, pero al final, decidí quedarme solo con las cosas buenas, con tus miradas, con tus palabras aunque no siempre fueron de aliento, me lo quitaste muchas veces con tus besos y eso era realmente genial
En ningún momento dejé de sentirte a tí... ahora te llevo en mi corazón y te dejo un gracias, por si no te vuelvo a ver...
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